lunes, 17 de febrero de 2014

CAPERUCITA VERDE por ...
Ilustrado por Diego Pereira



É rase una vez una niña de trece años llamada caperucita verde que iba a visitar a su abuelita. Su madre le dijo que le preparase una cesta con comida hecha por ella. Después de haber hecho la comida, que pensaba que le iba a gustar a su abuelita, se vistió poniendo su traje favorito, " la capa de color verde”, copio su cestita y se fue por el bosque camino de casa de su abuelita.
Caperucita verde iba contenta, muy contenta, saltando y cantando sus canciones favoritas cuando de repente vio aun extraño animal parecido aun perro. Se asustó tanto e intentó escapar, pero aquel animal corría bastante más rápido que ella y, cuando se dio cuenta, lo tenía casi encima. Se sorprendió al ver que no era un perro, si no un lobo enorme y, sin poder hacer nada, cayó en sus garras.
      El lobo le dijo: -¿Dónde vas preciosa?
      - A casa de mi abuelita- respondió Caperucita verde-
      - ¿Y dónde vive?-
      - Al final del bosque. ¿Qué camino me recomiendas?
      -Este es el mas corto- señaló a la derecha el lobo, sabiendo que en realidad era en realidad el más lago
      - Vale, gracias, adiós- Se despidió Caperucita.
      El lobo fue por el camino de la izquierda. Llegó mas rápido de lo esperado, abrió la puerta y fue a la habitación donde estaba la abuela de Caperucita, se vistió como caperucita y se puso encima de la abuelita haciéndose pasar por su nieta, saludando a la abuela cariñosamente.
      -¡Qué ojos tan grandes tienes!-Dijo la abuela
      - Son para verte mejor abuelita
      - ¡Y qué orejas más grandes tienes!
      -Son para oírte mejor abuelita
      -¿¡Y ESA BOCA TAN GRANDE!?
      Se oyó GRMMHDJSDF y la abuela paso directamente al estómago del lobo como por arte de magia...y colorín colorado, este cuento se a acabado. El lobo sigue haciendo la digestión...
      P.D. el lobo le mando a caperucita por un camino tan largo que no le dio tiempo a llegar a ver a su abuelita viva, de hecho, Caperucita sigue caminando y perdida por el mundo.

LOS TRES CERDITOS por Diego Pereira
Ilustrado por ...



E sto eran tres cerditos que vivían en una granja abandonada. Una vez por la mañana, pasó un hombre mayor por la granja y como los vio tan solos llamó a un zoo para que los llevasen a vivir allí, que les dieran de comer y que viviesen mejor. Los cerditos se llamaban: Alejandro, Alberto y Pereira.
Alberto y Pereira estaban muy contentos de que los llevasen a otro lugar, en cambio Alex estaba triste porque no quería dejar la granja en la que llevaban muchos años viviendo.
      Cuando llegaron al zoo todo era distinto, tenían mucha comida y eran más felices. Pero cuando pasaron días, les empezaron a maltratar y no les dedicaban atención. Alex, Alberto y Pereira pensaron en escaparse por la noche que era cuando los guardias se iban a dormir.
      Al llegar la noche salieron de la pequeña granja en la que se encontraban y marcharon directamente hacia la salida. Cuando llegaron a la salida, vieron que la puerta estaba cerrada y tuvieron que esperar a que alguien la abriese. Por suerte, de pronto, el dueño del zoo apareció porque iba a marcharse a su casa y abrió la puerta de salida.
      Una vez abierta la puerta el dueño se dio cuenta que se olvidó algo en el zoo y marchó a buscarlo dejando la puerta abierta. Alex, Alberto y Pereira no dudaron en escaparse y volver al lugar donde vivían antes, su granja estaba a penas a 2 km del zoo. Cuando llegaron, se pusieron muy entusiasmados y permanecieron allí muchos años.

miércoles, 8 de enero de 2014

LOS TRES CHUNGUITOS por Sergio González
Ilustrado por ...



H abía una vez tres chicos que vivían en una ciudad y se creían los más chungos, por eso los llamaban los tres chunguitos.
Un día, los tres amigos paseaban tranquilamente por un parque cuando se encontraron a un delincuente que se dedicaba a robar y matar a sus víctimas. Los tres chinguitos dejaron de serlo tanto y nada más verlo, echaron a correr como unos condenados, pero el asesino los siguió durante todo el camino. Al ver que no paraba de seguirles, decidieron subirse cada uno a un árbol del parque y construirse una pequeña casa para quedarse hasta que se marchara.
      El primero la construyó con ramas y hojas de ese árbol, por lo que no duró mucho y el asesino lo atrapó. El segundo la hizo con palos gruesos más resistentes aunque no tardó en derrumbarse también. Pero el tercero la hizo de tablas de madera del tronco de su árbol y era casi indestructible, por lo que el asesino se cansó de esperar y se fue.

EL REGRESO DE AURORA por Clara Menéndez
Ilustrado por Marta Suárez



A urora ha despertado. Ella ha madurado y ahora es una muchacha joven y extrovertida; es una persona, además, fuerte y valiente. Cuando ha abierto los ojos, se encontraba en una caseta del bosque cercana a su hogar. Se ha levantado de la cama, ha mirado al frente y se ha dirigido al frondoso conjunto de árboles.
Cerca de allí estaba la casa de un rico señor mayor que, físicamente, se encuentra mejorable. Junto con él y dos de las hadas madrinas (la tercera había fallecido de un ataque al corazón) conforman un equipo con el que colabora la mascota del hombre, un cerdo parlanchín y juguetón.
      Todos ellos quedan para ir unidos al castillo pero, cuando llegan, se encuentran con un triste panorama: todas las personas que se hallaban en el castillo están dormidas por culpa de un líquido envenenado que alguien había vertido sobre una de las bebidas principales de la fiesta que estaban celebrando. Al final, toman la decisión de acostar a toda aquella gente en los dormitorios del castillo.
      Al cabo de unos días durmiendo en habitaciones frías y oscuras, aquella gente despierta con una cogorza impresionante y, para celebrar aquel acontecimiento, acaban de festejar el baile que habían dejado a medias.


sábado, 21 de diciembre de 2013

ALICIA EN LA CIUDAD PERDIDA por Pablo Estepa
Ilustrado por …


A licia era una niña a la que le gustaba el riesgo y la aventura, por eso, todos los del pueblo le hacían bullying. Le gustaban los libros del “Indiano Jones”. Un día, estaba leyendo uno de éstos en el bosque a las afueras del pueblo, cuando vio pasar a un oso vestido muy elegante.
Ella le siguió hasta las raíces de un árbol que conectaban con un túnel. Alicia entró por él y llegó a una ciudad llena de osos parlantes y dominada por cartas de póker gigantes que hablaban y que habían cobrado vida por culpa del científico loco del pueblo. La reina de picas, al ver el extraño aspecto de Alicia mandó apresarla.
      Ya en palacio, le hicieron un interrogatorio y ella respondió a todas las preguntas: - ¿Por qué eran capaces de hablar?-. Por estas respuestas, la reina entró en cólera y ordenó que le cortaran la cabeza a Alicia. Su cabeza, posteriormente, la utilizaron para decorar en la plaza de la ciudad.

viernes, 20 de diciembre de 2013

LOS TRES RATONCITOS por Daniel de Fátima
Ilustrado por …



É rase una vez tres ratones que vivían en una casa abandonada. El padre y la madre se habían ido un día a buscar comida pero no volvieron jamás, por lo tanto, los tres hermanos ratones vivían solos en esa casa llena de peligros.
Un día como otro cualquiera, despertaron y se dieron cuenta de que no les quedaba comida para sobrevivir, ya que ninguno de los tres se atrevía a salir fuera a buscar comida. Decidieron salir los tres juntos sin separarse y siempre pegados a la pared. Así seria más difícil verlos y, por lo tanto, correrían menos peligro.
      Una vez fuera de la casa, vieron un hermoso paisaje que nunca antes habían visto. El menor de los tres hermanos, vio a su derecha una basura y los tres fueron a ver si había algo y… ¡tuvieron suerte! Había más de media manzana, un trozo de queso roquefort y un plátano a medias pero, cuando se lo estaban llevando a casa vieron a lo lejos dos puntitos blancos perseguidos de un punto mayor a lo lejos. Ellos fueron a dejar la comida en su guarida y salieron a ver qué era eso que corría y se dieron cuenta de que eran ¡SU PADRE Y SU MADRE! pero ¡VENIAN PERSEGUIDOS DEL GATO MÁS FIERO DE LOS ALREDEDORES! Los tres hermanos echaron a correr hacia ellos para intentar salvarlos pero, el hermano mas mayor de los tres, pensó en tenderle una trampa al gato, cosa en la que los otros dos hermanos estuvieron de acuerdo.
      Se pusieron en un árbol con uno hilo enrollado que habían encontrado en la basura, el padre y la madre se acercaron corriendo hacia el árbol con el gato pisándoles los talones y, justo cuando pasó el gato por encima del hilo, los tres hermanos sacaron la máxima fuerza posible y tiraron de la cuerda. Automáticamente el gato se quedó enganchado con una pata en el hilo y no pudo correr más. Engancharon la parte de arriba del hilo a la copa del árbol y el gato se quedó medio colgando de una pata.
      Los tres hermanitos bajaron corriendo del árbol y se fueron a abrazar a sus padres. Los tres al unísono les dijeron a sus padres que les daban por muertos, pero ellos les contaron que se habían perdido y se quedaron a vivir en otro sitio. Los tres se volvieron a su verdadera casa muy felices y comieron perdices.

jueves, 19 de diciembre de 2013

EL CARACOL Y LA GACELA por Abel Suárez
Ilustrado por Yaiza Verao



E n una pradera tejana
no muy cercana
había un caracol y
una gacela africana.

¿Echamos una carrera?
-Dijo el caracol a la gacela-
¿Apostamos algo? -dijo ella-
-¿Qué tal una estrella?
-Me parece bien si es bella.

Dispuestos a competir,
al circuito deben de ir.
Quien quiera ganar
el primero al cielo ha de llegar
y la estrella más bella ha de encontrar.

Una vez la carrera empezada
la gacela salió bien encaminada.

A mitad de la carrera
la gacela confiada
se paró a descansar,
y el caracol entusiasmado
se dispuso a adelantar.

Cuando éste llego al cielo,
su bella estrella fue a buscar
fue encontrarla y cogerla
para la carrera ganar.
*  
La gacela resignada
a un bar se fue a llorar.

¿Qué quieres? -dijo el camero-
-¿Acaso un zumo de pomelo?
-No, estoy muy enfadada,
mejor dame limonada.
-¿Por qué? Mujer de poca fe,
¿No quieres un café?
-Como al caracol no he vencido,
mejor dame un batido.
-Sólo podía ganar uno,
¿Fijo que no quieres un zumo?
-No quiero otra cosa,
sólo me apetece gaseosa.
*
Esta historia tiene moraleja,
deja los batidos y toma más cerveza.